POR ESE OLORCITO A CUCA.
Para Bety, de la barra de Rina.
Trabajar en barras no es pecado, es mas pecado ser aboganster y gueviarle la casa o un solar a un familiar.
Yo soy mujer de barra y nunca lo he negado, me llamo Flor Maritza Arias, pero cuando trabajo de noche en la barra mi nombre de pila es Penélope, trabajo en una barra por las noches en Hempstead y no me da pena decirlo, yo se que aquellas que se llaman mis amigas me critican a mis espaldas, diciendo que soy una mujer de barra, que soy de la mala vida, en fin que soy una puta, que soy un buitre que le saca pisto a los bolos, a lo grameros, a mis propios paisanos salvadoreños, los cuales han dejado a sus pobres mujercitas tiradas allá en nuestro paisito, yo soy honesta y lo único que hago es ganarme la vida como puedo.
Eso si, cuando ellas me nesecitan para que les preste pisto o que las lleve al mall en mi troca Tacoma del año, allí si van donde mi a pedirme el favor, en ese momento no les importa saber lo que hice anoche para ganarme los billetes, siempre les he dicho que yo reto a cualquier mujer que tenga los ovarios bien puestos como yo a que traten de trabajar en una barra, no mamitas no es tan chiche como parece, es mas se requiere astucia, destreza y mucha labia para poder trabajar allí.
A cuantas mujeres chulas yo he conocido que entran por primera vez a trabajar en la barra y se corren, porque no pueden a aprender a bailar bachata o porque no les gusta que las toquen o por las ojeras que les salen por el desvelo, o si no porque piensan que estudiaron un bachillerato en El Salvador y les avergüenza trabajar de meseras de barra aquí. Yo les vua ser sincera y no les miento, yo desde que empecé en este negocio me gusto, tenia treinta años cuando llegue de mojada a este país, hace cinco años ya y deje allá en El Salvador a mis tres hijos, Morena de veinte, Adriana de dieciocho y a Jefferson de diez, yo venia llorando a moco tendido por todo el camino al venirme pal norte y saber que los abandonaba y no sabia cuando los iba volver a ver, pero yo sabia que iba a ser por un futuro mejor para ellos, además yo de abandonamiento ya sabia pues mi ex marido el papa de los cipotes me abandono por una peperecha del mercado municipal.
Llegue a Nueva York a un pueblo llamado Uniondale donde una prima me dio posada, yo dormía en la sala de la casa y cuando el marido de ella se ponía bolo tenia que dormir en la cocina, me escondía en un closet entre el lavamanos y la estufa porque el tipo se levantaba en la noche y me quería manosear y yo no me dejaba, pero aun así mi prima me celaba con el, achis como si la culpa era mia, pero aun así me consiguió trabajo en una factoría donde ella trabajaba haciendo puertas, pero la neta que yo solo dure tres días, la manager una salvadoreña mari-macha me echo, solo porque le caí mal.
Ese mismo día que me despidió, tome el autobús de regreso a la casa y pase por el pueblo de Hempstead y fue allí donde vi un rotulo en un restaurante de la main street "Rina's Restaurant" donde decía que nesecitaban meseras bien presentables para trabajar de noche.
Inmediatamente me apie del bus y entre al negocio y ahí estaba la dueña, una señora gordita salvadoreña, me pregunto que si había trabajado antes de mesera, yo fui honesta y le dije que no, que no tenia experiencia pero que si me enseñaba yo aprendería rápido pues nunca me he considerado tan bruta, ella me dijo que regresara en la noche que ella le iba a decir a las otras meseras que me enseñaran el oficio, además me dijo que me vistiera bien sexy. Al principio yo creía que iba a trabajar de mesera sirviéndole comida a los clientes del restaurante, hasta compre un delantal típico salvadoreño, de esos que mis propios paisanos nos venden aqui por treinta dólares para llevarlo al trabajo, pero lo que me extraño al llegar al restaurante fue que las luces del restaurante estaban apagadas solo las luces de neon del bar estaban encendidas, al llegar la señora me enseño donde guardar mi cartera y después me llevo al fondo de la barra por donde estaba la rockola y me presento con las demás cheras que estaban medias dispersas sentadas en unas mesas pintándose las uñas, conversando en sus celulares y espiando la puerta para ver quien entraba.
- Me llamo Flor Maritza Arias.- Les dije yo, y vi que una que otra mesera me saludo a medias las demás se preocuparon por darme una mirada de desprecio mirándome de pies a cabeza, y yo de estupida sin saber porque. La dueña del restaurante le indico a una tal Wendy que me enseñara como era la onda de la barra.
-De donde sos-me pregunto la Wendy
-Del Salvador ¿y usted?
-Yo soy Guatemalteca y trátame de vos no de usted.
-Esta bien, ay perdone.
-Vos acabas de llegar, ¿no?
-Pues si, ¿y como lo supo?
-Se te nota en lo pendejo de el hablado y el semblante.
-En el ¿que?
-Olvídalo, mira ¿y podes bailar?
-Si un poquito.
-¿Que clase de música podes bailar?
-Cumbia.
-¿Y que mas?
-Solo eso, si solo eso se baila en El Salvador, ah y ranchera un poquito y música pegada.
La Wendy se rió y me dijo
-Que pendeja eres-me dolió, es mas todavía me acuerdo, tenia cólera pero me la aguante y me dijo:
-Pues aquí mamita, tenes que aprender a bailar de todo
-¿De todo?
-Si de todo, bachata, merengue, salsa, romántica, cumbia, norteña, regueton.
-¿Y que es regueton usted?
-Ya te dije que me trates de vos.
-Esta bien, ¿pero que es regueton?, porque yo de ese volado nunca he bailado.
-Regueton es una nueva música bien vergona que se baila moviendo el culo bien rico.
-Moviendo ¿el culo?
-Si todo el culo y la pussy también.
¿La quee?
-La pussy, o sea , el mico, la cuca, the cunt, la torta, el coño, la concha, la cuchumela, la pupusa, la popola, la chocha, la panocha o....... como putas vos querrás llamarle.
-Huy pero yo no hago esas cosas usted.
-Ah, no mamita, aquí tenes que hacer eso y mucho mas si queres hacer billetes, y si no mira todas estas putas allí sentadas te quitan el cliente y te quedas sin ganar nada, por eso no les gustan las meseras nuevas como vos, porque sos la competencia.
Siguió aconsejándome, de cuanto valía el trago, que cuanto era mió y cuanto de la dueña, me enseño como usar un trago que me hubiera comprado un bolo y usarlo con otro bolo y así hacer no solo veinte dólares de un solo trago sino hasta cuarenta, sesenta o cien si me ponía las pilas y sabia como usar el jugo de manzana que parecía vino blanco. Esa primera noche no la voy a olvidar, a la Wendy le llego un su cliente y con el cliente venia un su amigo, el tipo amigo de la Wendy era un Hondureño que se llamaba Luís y trabajaba en la grama, el amigo de Luís era un Salvadoreño llamado Jorge y ese tal Jorge fue el bolo que me toco atender a mi por primera vez, el tipo era un sombrerudo panzón y mañoso, al nomás que la Wendy me lo presento me apretó la mano fuerte y al menor descuido me puso la mano en la pierna, yo de enojada me levante de un solo romplon y al regresar mi compañera ya le había dicho al viejo del sombreron que se calmara que yo era nueva y que tenia que agarrarla al suave conmigo, pero nada, el sancho panza guanaco me saco a bailar una canción de los sepultureros, bien me acuerdo, al principio el quería bailarla pegadito pero me le solté y le dije que suelta era mejor, cuando salía el coro de la canción se acercaba a mi cara y la cantaba con alarido escupiéndome la cara con su saliva - "Pero ay no se lo que me pasa, me voy a desmayar".
Yo hubiera deseado desmayarme allí en la pista de baile con esas luces que me daban mareos y el olor a ajo y pizza que salía de la trompa de el panzón que me rozaba su cuerpo roizo. Al fin nos sentamos y mi nueva amiga le dijo al sombrerudo que me brindara un trago, el hombre saco un fajo de billetes y me dio uno de a veinte.
-Trae tu trago y otras dos cervezas.
Le pedí el trago y las dos cervezas a la dueña del local.
-¿Y de cuales cervezas quiere?-me pregunto, yo me encogí de hombros, yo no sabia nada de eso, la vieja movió la cabeza como quien dice "Que paisana mas pendeja sos" estiro el pescuezo y me dio dos coronas y un vasito plástico con un liquido amarillento.
-Avívese, no sea tan pendeja-me dijo mientras me daba el vuelto, su voz resonó en mi mente aun hasta cuando estaba sentada con el panzón y sentí de nuevo su mano caliente y sudada sobre mi rodilla, al mismo tiempo que resonaba en mi cabeza la voz de la dueña diciendo - Avívese no sea tan pendeja.- Le agarre la mano al viejo y empecé a sóbarsela y a darle paja al panzón contándole que mi nombre era Penélope, pero que a mis amigos íntimos les pido que me llamen penelito, aun así por dentro me sentía mal, como con pena, me imaginaba que diosito me estaba viendo y maldiciéndome, le dije al sancho migueleño que yo acababa de llegar y que nesecitaba ganar dinero, el corto mi platica para decirme que penelito le recordaba un panalito lleno de miel y me gusto el nombre, después me contó que tenia mujer en El Salvador pero que vivía solo aquí, y que la soledad lo estaba matando, me dijo que yo le gustaba y empezó a darme casaca como un buen Saca, me dijo que el se sentía solo y deseaba compañía y que si yo salía con el a cenar o al cine no me iba a arrepentir, yo para sacarle mas tragos le dije que lo iba a pensar, en la madrugada que se fueron con el amigo de la Wendy, yo ya había echo cien dólares de trago en trago, el panzón antes de irse me pidió el numero de mi celular, le dije la verdad, que no tenia, el me dio su numero y prometió comprarme un celular.
Cuando llegue a la casa iba con ciento treinta dólares que había echo en una sola noche, cien de propina y treinta que me pago la señora por la noche, puta que alegre me sentía cuando llegue al cuarto y conté y reconté los billetes tirados sobre el sofá-cama de la sala, en la factoría donde trabajaba mi prima, ella hacia trescientos dólares de lunes a viernes por cuarenta horas y yo en solo ocho horas había echo casi la mitad y solo por atender bolos y bailar con ellos, a mi me gusto el trabajito, a la que no le gusto fue a mi prima, me grito mucho, diciéndome que pensó que la migración me había agarrado, que no le dije adonde había ido y cuando le conté donde había conseguido trabajo se le vino el mundo abajo, me dijo que allí solo putas trabajan, que son mujeres de la mala vida que son quita-maridos, que aprenden vicios, me pregunto mil veces que, que clase de mujer católica era, en fin cansada como estaba de bailar con el maitro panzón me fui a dormir, lo que hice fue aguantarla por unos días mas y después de la segunda semana de trabajar en la barra ya tenia mil quinientos dólares ahorrados, el panzón me consiguió un cuarto en la casa donde el vivía, me compro un celular y de vez en cuando me quedaba en su cuarto cogiendo con el, tenia que subirme arriba de el porque si no, no podíamos hacerlo aunque me pusiera quince almohadas debajo de las nalgas y así es la vida o sea esos son los sacrificios que uno de mujer tiene que hacer para poder complacer a un hombre. Solo cuando el estaba bolo y peliado con su mujer en El Salvador era que el venia a mi cuarto y me pisaba groseramente.
La Wendy cuando se dio cuenta, me regaño por ser presa fácil, me enseño a que no me hiciera de un solo marido si no de varios, así uno no se encula de ninguno y le saca billetes a todos me dijo, yo seguí sus consejos al pie de la letra y hasta el momento tengo tres maridos y entre todos me pagan la renta, el teléfono y me compran ropa, con lo que gano y lo que he guardado he podido mandar a traer a mi hija menor y a mi varón mas chiquito, ahora que ya los traje solo me falta mandar a traer a mi hija mayor que vive en Mejicanos con el novio y la hija que ellos tienen, hace poco me mude a un apartamento de la Fulton street en Hempstead, el apartamento es de un Guatemalteco cliente mío,(Ok, me esta cogiendo) pero yo le digo que no les diga a mis hijos todavía que somos algo hasta que yo se los diga, por el momento somos amigos, amigos simplemente amigos y nada mas.
Lo malo de tener varios maridos es que uno tiene que tener cuidado pues como los centroamericanos son bien celosos y macheteros tengo que citarlos o verlos en diferente día y horarios, pero aun así hay veces que por casualidad ando con alguien y me sale mi otro marido , yo le digo entonces al otro marido que es un amigo nada mas para que no haiga problema.
El problema que tengo desde hace unos días es que me encontré un Hondureño bien guapo, me gusta mucho, pero lo que mas me gusta de el es que es medio pendejo o sea pues que se deja mandar, que lo hago mierda y aun así todavía regresa donde mi, a mi cuca.
Desde hace seis meses que lo conocí en la nueva barra donde trabajo y andamos juntos me da trescientos dólares semanales, yo le doy a hueler cuquita una vez a la semana y se conforma, es mas hasta mas cosas me compra, nada menos ayer lo lleve a Home Depot y se gasto cuatrocientos dólares en el piso nuevo de mi apartamento, además lo convencí para que instalara el piso el mismo y así lo hizo, pero últimamente he estado notando que anda medio extraño medio ido, como si no le importara yo o la relación nuestra, pero como tengo una intuición femenina salvatrucha bien cabrona, he estado pensando que cuando me llega a buscar a la casa y no estoy, y como el otro Guatelmateco solo vive trabajando el hondureño se queda con la excusa de esperarme hasta que yo llegue, pero lo que mas pienso es que se queda platicando con Adriana mi hija menor.
¿Como yo lo se o como lo he notado? No soy vieja dunda, yo me hago la tonta pero no tanto, y yo me he dado cuenta que mi hija últimamente habla mucho sobre el Hondureño, que, que buena onda es, que, que buen trabajador, que, que suerte tengo al tener un amigo así y por ay vamos, a mi no me la hace buena ese cabron, el con la excusa de ir a buscarme a mi va a meterse a mi apartamento con la intención de conseguirse a la bicha, el quiere empezar por el tronco y terminar por las ramas del árbol, pero la va a cagar porque conmigo no juega nadie, y con mis hijos menos.
Ayer en la noche llego a la barra pero no pude hablar mucho con el pues estaba bien busy, así que lo cite para hoy a las seis de la tarde en un restaurante salvadoreño de por aquí que se llama Brisas de Santa Tecla, es bonito el lugar con paisajes del volcán de Izalco pintado en las paredes y fotografías de esas que según me dijo un amigo que se la lleva de pintor al óleo, con el que estuve platicando mientras me tomaba un cuba libre y esperaba al flaco Hondureño, mi amigo me dijo: - Concultura se enriquece vilmente vendiendo estos posters baratos a los SalvaIdiotas del exterior sin ayudar a los artistas salvadoreños en el país que verdaderamente lo necesitan.- Yo honestamente no entiendo nada pues a mi eso de la cultura me sale sobrando, porque no la entiendo, pero mi amigo se ofendió cuando le dije eso, según el la cultura define la sociedad, y define el país en el cual uno vive, yo de esas babosadas no se pues yo no estudie, yo se que soy una campesina medio pendeja para algunas cosas, pero buena para otras, la verdad es que la mayoría de veces no entiendo ni una jicama de lo que mi amigo esta hablando, pero por la única razón por la que me gusta hablar con el es porque es honesto y me hace pensar y sentirme bien y además le saco sus tragos, de vez en cuando llega en la noche a la barra nada mas a tomarse unas cervezas y se va, atractivo no es, es un tipo, janiche, barbudo, panzón, pelo parado y borracho como la plebe, se pone pedo con seis Heineken, le gusta que le baile cumbias y después se pone a hablar disparates, pero como es mi amigo tengo que aceptarlo tal como es pues a pesar que soy media dunda se lo que me conviene o no. Mi amigo se va a lavar sus brochas sicológicas y a los tres minutos llega el flaco, al nomás llegar me hago la enojada , la que no lo conozco, no porque no lo necesite, sino por hacerlo sufrir, para hacerlo sentirse menos, para que el cabron me respete, para que me quiera, nada mas, yo misma me hago sentir bien al hacer eso y el estupido hace hasta lo imposible para contentarme, me ordena camarones a la diabla mi plato favorito y yo dejo que se quede la comida allí en la mesa sin que yo la toque y así pasamos el tiempo, todos los día el tiene que conquistarme para poder tan siquiera tener que poner su dedo y soñar con el olor de mi pupusa, por ejemplo la otra noche me rogó toda la noche para que le diera cuca y no se la di, me rogó, hasta me lloro, pero no se la di, me dio tanta lastima que a media noche sentí cuando fue al baño y se pajio a mi nombre, me sentí bien y mal pero no había de otra forma a enseñarle a que me respete, últimamente anda bien dócil, me anda comprando chocolates, rosas y peluches, hasta calzones de victoria secrets me compra y me encanta.
Hace unos días la cosa se complico, yo estaba en Home Depot con el flaco comprando una parrilla lindisima de acero inoxidable para ponerla en el balcón de mi apartamento que da a la Fulton Aveniu, había convencido al flaco que me la comprara y me la armara, caminábamos de la mano por los corredores de la tienda alegremente, yo porque comería carne asada todo el verano, el alegre porque comería carne humana todas las noches(según el) pero cuando menos acordamos en la sección de plomería el Guatemalteco que me paga el apartamento estaba a la par mía agarrándome del brazo y preguntándome que andaba haciendo allí con el cabron de el flaco, yo soy morena de nacimiento pero me puse pálida y no sabia que decir y ellos no esperaron que dijera nada, se pusieron como gallos jiros los dos, empezaron a empujarse uno con otro allí en la tienda hasta que un empleado los vio y llamo a seguridad y nos echaron a los tres de la tienda, ¡que vergüenza! nunca me habían echado de una tienda hasta ese día, solo por estos cerotes que se estaban peleando por mi cuca apestosa, pues hay días que me da pereza darme un baño y me voy así a la barra, pero hice lo que pude para sacarle provecho a la situación, yo sabia que el flaco se moría por mi, a pesar que tenia el pico mas pequeño que el chapín, pero me tiraba mas billete, el chapín al contrario no me daba ni mierda, me pagaba la renta de el apartamento nada mas, después me quería conquistar a pura verga y machismo solo por pagar la renta, pero yo no lo voy a negar, el chapín se manejaba una mona que jamás yo había consentido en mi vida, era una pingota que sentía me tocaba una profundidad inmensa, grandota e intensa, me hacia respirar hondo y profundo cada vez que me la metía, me ardía, me asustaba pero me gustaba, me imaginaba que algún negro me estaba violando, perdón no les conté antes, esa era una de mis fantasías sexuales, que un negro me encontrara en una calle oscura de Hempstead, me empujara a una esquina, me levantara la mini-falda, me rompiera el calzón y me metiera esa vergota morada y gruesa y me hiciera llorar como si yo fuera una Lolita, aunque por dentro la estuviera gozando todita, toda esa vergota Afro- Obama, perdón Afro-Americana, por eso le coqueteo al negro que esta a la entrada de la barra, trabaja de seguridad y le tiro sus piropos en español y no entiende, solo pela sus dientes blancos de caballo y me dice -"You are a maaaad women".
Mande a traer mi hija mayor y la cague, pues ahora mis dos hijas me fastidian con su onda de que deje de trabajar en las barras, hay veces que hasta se avergüenzan de quien soy y lo que hago, pero al igual que mis amigas no les avergüenza gastar mi dinero en babosadas que no sirven, mi hija menor es la que mas jode, y mas pisto me pide, como esta en la Hight School de Hempstead y a todas sus amigas les gusta andar bien tipas para que los demás cipotes las vean bonitas y mi hija no se queda atrás, cuando vino de El Salvador se ponía cualquier cosa, hasta ropa usada de una tienda que se llama Savers y otra del Salvation Army pero ahora solo quiere blujeans de marca no quiere cualquier cosa y uy que le mencione ropa usada porque se muere de la vergüenza con las amigas y seria la burla de la clase, aun así todos los días me reprocha que porque no busco trabajo de otra cosa y dejo la barra, dice que no tengo respeto para mi misma que eso me degrada y muchas palabras mas que no se el significado pero que me duelen en el alma que mi propia hija me las diga, es como si se le olvidara todo el sacrificio que he hecho para mandarla a traer, para que viva mejor en este país y aun así me reprocha pues quiere que sea la madre perfecta, y que no sea mas la humillada, la mantenida por un hombre, que sea una madre salvadoreña que deje que mi marido me mande y me de verga cuando viene medio a verga, yo no, yo no me dejo tocar un pelo, solo si yo quiero nada mas, a mi ningún hijueputa mas me va a joder, yo siento que me he liberado, me echo mis cervezas, mis pases de coca y ahora soy yo la que me desquito con los hombres, por pendejos, por dejados, se hacen los inteligentes pero nosotras las mujeres tenemos el arma mas poderosa del mundo que los doblega a todos ellos y esa arma poderosa se llama cuca, yo he aprendido a sacarle provecho y ellos los tontos se mueren tan solo por eso, "por ese olorcito a cuca".
Nueva York, Sábado, Marzo 22, 2008.